
La frase happiness is a warm gun de aquella canción de los Beatles no podría ajustarse mejor a la filosofía de los Dandy, no por el calor de la pólvora al hacer un disparo, no por el humo que sale del cañón, sino por el sentir su calor junto al pecho, por saber que está al lado, como un apoyo de hierro y acero, como alas que dan la aeguridad para recuperar lo perdido.
Un western del siglo XXI, en algún lugar del nuevo oeste americano, un puñado de mediocres renegados, alienados mejor dicho; forman la cuadrilla de pistoleros más sui generis del cine. Con un guión de Lars Von Trier, un muy buen soundtrack y un título espantoso en español que le cambia toda els entido a lo que en realidad es la película, Dear Wendy nos enseña que detrás de cualquier persona, por menospreciada que sea, se encuentra alguien que puede cambiar el mundo, o el suyo al menos. Defendiendo sus creencias hasta las últimas consecuencias, por difícil que sea.
Al ver Dear Wendy, realmente se tiene la sensación de estar viendo una película de vaqueros, ed forajidos que se baten contra la ley y su sistema; el cambio radica simplemete que aquí los vaqueros son en un principio tan ordinarios que el cambio, metamorfósis sería más adecuado, que sufren hata convertirse en unos verdaderos antihéroes es de resaltar, el paso de un perdedor a ser un dandy.
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