
Díganme cursi, bohemío o hasta mamila, pero que bonito sería que la poesía pesara tanto en la vida cotidiana como en esta película; no soy para nada un conocedor de la métrica del verso, ni de autores y poetas mucho menos me sé de memoria alguno; pero tampoco soy de palo y cuando las palabras significan lo de que deben y osan ir más allá para transformarse en cosas que no son, entonces sentimos como las fibras del cuerpo se mueven, se rompen, se doblan.
Como cuando encuentras a esa persona que vuela, esa que te hace volar, esas contadas ocasiones en que el subconsciente le dice al cuerpo "aquí te quedas", a veces no le hacemos caso y nos arrepentimos de haber presionado el botón de expulsión sobre el buró; a veces las cartas caen de tal manera que aunque uno quiera la suerte ya está echada; y es cuando uno de verdad disfruta el difícil y complicado mundo de las relaciones interpersonales.
Pero creo que más allá de la primera capa, esta película no habla sólamente del amor y su eterna búsqueda, sino de la sensibilidad que debe permanecer a flor de piel; que tal sería pagar los tacos con un poema, hacer sonreir a la de al lado con unas palabras, obtener una caricia o un beso por el sólo uso de la labia, de la palaba sincera, sin promesas falsas ni pretensiones, sino simple y puro sentimiento.
"Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando."
3 comentarios:
Échale el lente a "Linea arbitraria se distiende", en la Lumbre Culebra, pues.
"pies para que los quiero , si tengo alas pa' volar"... Frida Kahlo.
No te creas, aveces por volar es muy dura la caida, y necesitas de alguien que te enseñe a querer volar de nuevo...
en hora buena,, enseñame a volar,
que las alas se me entristecen,y no caben en mi buro será que en el tuyo si???
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