Mein Führer! I can walk! En honor a la verdad debo confesar que la primera vez que empecé a ver Dr. Strangelove no me podía meter en la película, nomás no. Me era imposible agarrarle el sabor; el no saber que esperar tratando de inducir que era lo que sucedía me tenía un poco.....incómodo podría ser la palabra; pero sin duda alguna, el segundo intento fue más que satisfactorio.
Quién sino un maese como el Sr Staley kubrick para trasladar toda la tensión de la guerra fría a una comedia, que evidencia lo frágil que puede llegar a ser la seguridad global; el miedo a las bombas se hace pequeño cuando se confronta con el terror de que una desición mal tomada haga que todo el planeta se vaya por el caño en un resplandor de hongos atómicos.
Es inevitable darle un gran crédito a Peter Sellers, ah bárbaro señor, se lleva la película con sus tres papeles, sobre todo por su facilidad de improvisar sus diálogos, no sé como no le hizo para no cagarse de risa mientras le "habla" al ministro ruso o en la secuencia final del Dr. Strangelove. Para no variar la música es muy buena y va más allá del acompañamiento sonoro se vuelve otro personaje, como sólo kubrick sabía hacerlo.
En los extras menciona que cuando Reaggan llegó a la casa blanca al ser presidente de los Estados Unidos, preguntó por el cuarto de guerra y menuda sorpresa cuando le dijeron que no existía y el reclamaba que lo había visto en la película, para que vean que donde sea se cuecen habas.
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